sábado, 22 de marzo de 2008

ilias shurpayev

El periodista y corresponsal ruso de treinta y dos años Ilias Shurpayev que trabajaba en el Canal Uno de la televisión pública rusa recibió la semana pasada una advertencia de muerte. Si Ilias Shurpayev escribía algún artículo más sobre las matanzas que Rusia está llevando a cabo desde hace quince años contra varias regiones caucásicas que desean ser independientes de la todopoderosa Rusia, la vida de Ilias Shurpayev corría peligro de muerte. Este periodista y corresponsal estaba especializado en la región del Caúcaso. Tras recibir la amenaza, ni corto ni perozoso y sin vivir acojonado por el miedo, Ilias se sentó ante su ordenador y en su propio blog escribió un artículo titulado: ¡Soy un disidente! En el artículo publicó su amenaza de muerte y su posición contraria a las guerras abiertas y silenciosas que Rusia está infligiendo a algunas regiones caucásicas como Georgia. Al día siguiente de publicar su artículo ¡Soy un disidente! en su propio blog, el periodista Ilias Shurpayev fue encontrado muerto en el apartamento en el que vivía en Moscú. Los estudios policiales han llegado a la conclusión de que el periodista fue ahogado con un cinturón. No es la primera vez que sucesos así ocurren en Rusia ni será la última vez. Rusia es una país liderado por una ferrea mano de hierro en el que cualquier persona con posibilidad de alzar la voz contra el stalinismo ensordecedor que rige al país es quitado de en medio sin paliativos. La propia policía que investiga el caso será incapaz de encontrar a los culpables. Órdenes superiores. Órdenes de las propias personas que gobiernan el país y que han enviado al asesino o asesinos a matar al disidente que escribe verdades que no pueden ser públicas. Ilias Shurpayev está muerto. Ya no podrá seguir escribiendo sobre lo que realmente sucede. El caso se cerrará y mientras tanto, Rusia se queja de las enormes ventas de armas que los Estados Unidos de América están realizando a Kosovo y, a la maquinaria rusa le sigue dando tiempo para advertir a Georgia, Abjazia, Osetia del Norte y Osetia del Sur que tengan mucho cuidado con tramitar las opciones necesarias para ingresar en la OTAN. Estas cuatro repúblicas caucásicas permanecen en guerra abierta con Moscú. Estas cuatro repúblicas caucásicas no desean pertenecer a Rusia, pero Rusia les está sacudiendo de lo lindo con guerras feroces y ensordecedoras para cualquier tipo de opinión pública. Estas guerras abiertas continuarán de manera silenciada.

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