martes, 1 de enero de 2008

merienda de negros

Hace muchos años que no veo de manera exacta la polla y los cojones de mi padre. Mi padre es un hombre que tuvo una infancia terrible y una vida muy dura. Trabajando como un cornudo de día y noche consiguió salir adelante. Tan adelante que desde hace muchos años es un hombre de negocios... se podría escribir que de manera notable. Sin ver de manera exacta la polla y los cojones de mi padre me consta que tiene dos cojones y un palo mucho más gordos y grande que la gran mayoría de la gente que conozco. Sucede que estas personas a las que no les ha quedado más remedio que salir adelante con mucho esfuerzo y triunfan, tienden a pensar que el mundo es suyo. Respeto a mi padre y le quiero mucho, aunque a veces pienso que se equivoca. Sobre todo conmigo. Mi padre opina que los hijos de los demás y mi propio hermano mayor tienen derecho a todo. Tienen derecho a tener novias, novios, amantes y queridas. Los hijos de los demás tienen derecho a ir de vacaciones y a descansar. Tienen derecho a esquiar en Austria y a tostarse al sol en Hawai. Tienen derecho a todo. Sin embargo, según él, yo no tengo derecho más que trabajar y, trabajando de día y de noche mi padre cree que alcanzaré la felicidad plena. Cree que si trabajo de día y de noche y no hago nada más en la vida seré feliz. Mi opinión es que se equivoca. Ahora resulta que él dice que nunca se mete en nada y que va a lo suyo sin importarle lo que puedan hacer los otros. Incluido yo. Él dice que nunca se mete en nada, pero ya me ha dejado bien claro que si él no es el padrino de la boda entre mi amada pitufa y yo directamente no asistirá. Si este suceso (entre otros muchos que voy a omitir) no es meterse en el centro del charco que venga Dios y lo vea si es que Dios existe, aunque supongo que Dios hará lo que el magnífico cineasta sueco Ingmar Bergman retrató mejor que nadie en su brillante filmografía: Dios no vendrá y Dios permanecerá callado. En silencio. Ya se lo he comentado por teléfono a mi amada pitufa, porque por el momento no coincidimos en vernos. Por el momento me conformo con escucharla por teléfono y saber que está bien.

Para este nuevo año suben las tarifas de la luz, del agua; del transporte público y los alimentos. Los sueldos siguen estancados aunque las pensiones para los jubilados han subido un poquito porque en marzo tenemos elecciones generales. Los putos y tradicionales saltos de esquí que Televisión Española ofrece cada uno de enero me deprimen, así que no he visto los putos y tradicionales saltos de esquí. Para mí, sin ninguna duda, lo mejor de este año 2008 que acaba de comenzar es que es realizado deporte y que todavía no he visto la televisión. Aunque para comienzo de año auténtico tenemos que marcharnos a la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra donde se ha cometido un parricidio en toda regla. Un hijo ha apuñalado a su padre en la puerta de la casa familiar. El estruendo de los petados ha llevado al hijo a apuñalar a su padre hasta dejarle seco con un cuchillo. Feliz año con amor.

Concierto de música clásica en la hermosa ciudad de Viena. El fascista venezolano Hugo Chávez sigue dando la nota al comprometerse por su propia cuenta como mediador de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC y los secuestrados. Lamento mucho el secuestro de la señora Ingrid Betancourt, pero ¿es la vida de esta mujer más importante que la de cualquier otro rehén de las FARC? Supongo que su vida será más notoria pero no más importante que la de cualquier otro secuestrado. El presidente de la República francesa Nicolas Sarkozy se ha comprometido como intermediario europeo en el conflicto colombiano, pero ahora mismo Nicolas Sarkozy tiene más que suficiente con follar a Carla Bruni en Egipto o en París. Aquí también tenemos nuestra propia escoria. Se lo podemos preguntar al señor José Luis Moreno y a las hostias que le pegaron en su propia casa una panda de mafiosos y extorsionadores. La violencia gratuita está por todas partes. Hace un rato me he enterado que mi querido Juan, que ayer por la mañana me arregló el ordenador desde el que escribo ahora mismo, al desembalar la nueva fuente de alimentación que colocó lo primero que dijo fue: si la fuente de alimentación no se corresponde con lo que le encargué al tipo de la tienda voy a la tienda ahora mismo y le parto las piernas.

La semana pasada se celebraron elecciones generales en Kenia. Los dos partidos principales del país africano están enzarzados. Cada partido político dice que ellos son los vencedores. La cosa se ha puesto tan caliente que en Kenia se está viviendo una oleada de terror escandalosa que ya dura una semana. Para celebrar el comienzo de este nuevo año treinta personas han sido quemadas vivas en una iglesia. Los miembros de la Comunidad Internacional y la ONU están celebrando el año nuevo con sus queridas y ricas familias. Los ricos también tienen derecho a descansar. En Kenia esta merienda de negros continuará como poco unas cuantas jornadas más. En Irak los suicidas no se cortan un pelo y acuden a inmolarse en medio de los funerales. Pakistán es un país enorme cubierto de efervescencia negativa. Demasiadas meriendas de razas y religiones. Todo por alcanzar el poder.

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