miércoles, 9 de enero de 2008

charles taylor

Al llegar la barca le dije al barquero: las niñas bonitas no pagan dinero, yo no soy bonita ni lo quiero ser, arriba en la barca de Santa Isabel. Si la cuarta temporada de la serie de televisión "House" es algo importante que reseñar en nuestra patética parrilla televisiva puede ser posible que la televisión en España sea un verdadera mierda bien grande. ¿Lo captas? Madonna y toda su familia están pasando unos días de vacaciones en la India porque se encuentran muy cansados. Si triunfas en la vida casi todo serán halagos. Se lo puedes preguntar a Brad Pitt si algún día de éstos te lo encuentras por la calle: resulta que en su pueblo natal en el Estado de Missouri le van a levantar un museo.

En los Estados Unidos de América el actor español Javier Bardem está cosechando éxitos por su trabajo en la película "No es país para viejos", trabajo escrito y dirigido por los hermanos Joel y Ethan Coen. No es de extrañar que el señor Randolph Scott mantuviera una relación sentimental de once años con el guapísimo actor Cary Grant. El señor Randolph Scott era muy guapo también.

Bill Gates acaba de anunciar en Las Vegas que pronto va a comenzar una segunda era digital. Si quieres puedes mantener un encuentro abierto con el número dos de la red terrorista Al Qaeda a través de Internet. Que David Bowie sigue estando guapísimo a los sesenta y un años de edad no es una noticia nueva. ¡Urgente! Si estás cansado de no hacer nada comienza por masturbarte. En España las clínicas abortistas están de huelga porque los trabajadores dicen sentirse perseguidos. En España nos queremos tanto que salimos a un divorcio por cada media hora. Por fin se hace algo de justicia: el ex presidente liberiano Charles Taylor, acusado de miles y miles de crímenes contra la humanidad para quedarse con los diamantes del país está sentado en el banquillo de los acusados en el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Ojalá Charles Taylor se pudra en la cárcel por hijo de puta mal nacido aunque su madre no tenga la culpa de nada. Al llegar la barca le dije al barquero: las niñas bonitas no pagan dinero, yo no soy bonita ni lo quiero ser, arriba en la barca de Santa Isabel.

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