lunes, 7 de julio de 2008

cardo en bikini

Me dispongo a escribir algo que me ocurrió entre el domingo de la semana pasada, no ayer, y entre el pasado sábado reciente. El domingo de la semana pasada, no ayer, coincidí en la piscina a la que acudo en verano con una mujer que conozco. Nos vimos a lo lejos. Nos saludamos. Cuando me marchaba ella me dijo: el día que tengas tiempo paras y charlamos un poquito. No es una mujer con la que tenga una relación especial ni nada por el estilo. Nos conocemos del barrio. Trato cordial. Si me apuran puedo escribir que una charla entre ambos puede durar alrededor de cinco minutos alargando la charla muchísimo.

Este pasado sábado volvimos a coincidir en el mismo lugar. Me encontraba realizando una amplia sesión de largos cuando ella llegó. Se tumbó al sol y se puso a leer (creo) porque en el agua no llevo gafas ni lentillas y no veo con absoluta precisión. Cerca de una hora después salí de la piscina y fui a por la toalla. Como ella estaba sóla decidí que en vez de secarme tranquilo y a mi aire me dije: acércate; sé educado y cuando termines de secarte te marchas. Te da igual secarte tranquilo y a tu aire que siendo educado con una persona que en cierto modo te entabló a una pequeña charla amistosa la semana pasada. Me acerqué. Ella estaba leyendo un libro de espaldas. Antes de llegar ante ella dije: hola. ¿Molesto? Vengo a darte un poco de conversación. Me miró malhumorada y soltó: Puedes sentarte y hablar de lo que quieras que yo voy a seguir leyendo. Salí corriendo. No tiene importancia ni estoy enfadado ni nada por el estilo. Me sentó mal, pero ya está. Lo que mí me hizo reflexionar a esta situación fue lo siguiente: esta contestación por algo que no tiene valor alguno no es agradable pero, ¿se imaginan ustedes la contestación que puede ofrecer este cardo borriquero cuando tenga un problema de verdad? Me refiero a que tenga una pareja estable y tengan problemas para pagar la hipoteca, por ejemplo. Me refiero a cosas que realmente tienen importancia. Esta chica es española y, sé que no tiene pareja estable. No me extraña. Por contestaciones así que no tienen importancia los hombres salimos corriendo. Imaginen ustedes al pelele que pille y le mande y le ordene y le dé la vuelta para volverle a su antojo. Este tipo de pequeñas connotaciones llevan a que muchas mujeres españolas terminen por rondar los cuarenta años de edad y no tengan pareja estable ni mucho menos descendencia. Muchas mujeres jóvenes españolas a día de hoy no consiguen cazar al hombre de su vida. Rondando la cuarentena les llegan las depresiones. ¿Cómo van a conseguir pareja estable con esta actitud? Casi cuarenta años, teniente de profesión y muy mal follada porque ni siquiera han conseguido disfrutar del sexo las pocas veces que han podido engañar a algún tipo desesperado por meter en caliente. A esta actitud nefasta hay que añadir que ahora las mujeres españolas tienen competencia, cosa que hace veinte años no tenían. En España ahora existe la inmigración. Mujeres sudamericanas. Que nadie piense que tomo a las mujeres sudamericanas por prostitutas ni nada por el estilo. Conozco a muchas mujeres españolas que en tono despectivo llaman a las mujeres sudamericanas "las quitamaridos". Lean atentamente: la mujer sudamericana disfruta muchísimo de su sexualidad. Lo goza. A los hombres esto nos vuelve locos porque nos situamos ante alguien de igual a igual. Las mujeres sudamericanas también tienen hijos a los que crían muy bien (me consta) y trabajan como cualquier persona que quiere salir adelante, pero con varias connotaciones: la mujer sudamericana no está cansada y no toma aspirina porque no le duele la cabeza y se sube al miembro del varón a cabalgar porque le gusta disfrutar y hacer disfrutar. A día de hoy la mujer española lo tiene jodido. Los hombres no somos tan tan tontos como la mujer española se piensa. Las mujeres, de un modo o de otro te sacan los cuartos, pero no es lo mismo que te saquen el dinero estando bien follado que estando sin follar y, lo poquito que has follado haya sido para sacar un aprobado por los pelos en el mejor de los casos. Que te saquen el dinero bien follado, con agrado y simpatía no tiene nada que ver con que te tengan amargado porque tienes que vivir teledirigido por una mujer que viste bragas tamaño paracaídas y que apenas sonríe.

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