Anoche, varios años después de ver por primera vez la película "Million Dolar Baby" que me prestó mi amada Pitufa en uno de sus múltiples viajes a la costa levantina, volví a esta misma película para revisarla. Creo que la película es excepcional y, entre otras cosas trata en carne viva la eutanasia, un tema tan complicado y tan complejo que sólo algunos cineastas como Clint Eastwood pueden retratar de maravilla. Clint Eastwood dirige esta película de la manera excepcional a la que nos tiene habituados a los que nos gusta su cine. El buen cine. Sin ninguna duda, su interpretación y la de Hilary Swank son formidables. Sobre todo la interpretación de Hilary Swank. Tras convertirse en una bestia salvaje de gimnasio, esta hermosa mujer demuestra que supo interpretar a una mujer con agallas corroída por la vida que le ha tocado vivir. Morgan Freeman está bien en esta película, pero les escribiré que a mí siempre me parece un actor endeble, tan endeble que me parece que no tiene carácter en ninguna de las películas en las que trabaja.
En la película se puede ver como para convertirse en un excelente boxeador, en este caso boxeadora, tienes que haber vivido una vida en la que reconozcas que lo único que has logrado en la vida ha sido ser basura y mierda. El lugar apropiado para las grandes hazañas es salir desde las cloacas más infernales en la mayoría de los casos. Cuando Hilary Swank como boxeadora consigue hacerse un hueco entre las grandes de circuito, en un combate por el título mundial recibe un golpe de mala fe con el que queda parapléjica. Al saber de primera mano que tendrá que vivir prostrada en una cama el resto de su vida, desde sus treinta y tres años en adelante, lo que quiere es morir con dignidad tras haberle cortado la pierza izquierda por gangrena. Trata de suicidarse en la cama del hospital varias veces sin conseguirlo, hasta que su entrenador Clint Eastwood decide ayudarla sin sufrir desconectando el respirador e inyectándole una sobredosis de adrenalina. Esta cinta consiguió de manera merecida en el año 2004 dos Globos de Oro y cuatro estatuillas de oro de las siete a las que optaba. Fue la mejor película del año. La cinta se consagró con los Oscar a la mejor dirección, mejor actriz y mejor actor secundario. El guionista de la película fue Paul Haggis, también productor del filme. Paul Haggis es uno de los guionistas y escritores que probablemente está calvo de tanto pensar y, de pensar bien. A esta película no se le puede poner ninguna nota negativa, excepto las que protagonizaron los grupos ultracatólicos y la extrema derecha en los Estados Unidos de América porque la película defiende de manera plausible la necesidad y, probablemente la vigencia en casos excepcionales (hay miles en el mundo) de la eutanasia. En casos muy concretos y muy bien estudiados estoy a favor de este alivio. Después de revisar la película me fumé un cigarrillo y me metí en la cama satisfecho a dormir sin ningún sobresalto. Obra maestra del cine actual.
domingo, 17 de febrero de 2008
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