sábado, 17 de noviembre de 2007

ciudadano polaco descargado

Las parejas en España no nos aguantamos demasiado. Estamos deseosos de casarnos, ahora bien: a la mínima divorcio. Lo de aguantar no va con nosotros. Sobre todo entre los jóvenes. El presidente del Congreso de los Diputados Manuel Marín deja su cargo y la vida política tras treinta años de trabajo activo. Ayer, mientras comía cerca del trabajo, en la televisión pude ver con total claridad como un ciudadano polaco, tras llevar diez horas retenido en el aeropuerto canadiense de Vancouver, la emprendió a golpes con sus maletas y con todo lo que se le ponía a tiro. Protestaba así por la situación en la que se encontraba. El hombre no sabía hablar inglés. El ciudadano polaco se exaltó tanto que cuatro agentes de la policía se acercaron a él y, ante su garra y furia, uno de los agentes le disparó con una pistola de descarga eléctrica. El ciudadano polaco descargado cayó al suelo gritando, enloquecido. Se retorcía sobre sí mismo como una serpiente escurridiza. Siguió gritando. Los cuatro agentes de seguridad se le echaron encima. El ciudadano polaco descargado comenzó a temblar mientras los policías trataban de reanimarle. No hubo opciones de ninguna clase. Los policías llamaron al forense para certificar la muerte. Lo metieron en una bolsa, lo subieron a una camilla y al depósito. Buscando una vida mejor en la tierra prometida de Canadá.

Tres horas después de comenzar a escribir sigo con fiebre y enfadado porque anoche no atendí a mi amada "pitufa" como se merece. Lo siento mucho. El cansansio físico y mental unido a la fiebre me mantuvieron a noche descargado.

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