Hace un rato he terminado de leer un par de lecturas atrasadas. Habían sido publicadas en sendos semanarios de un periódico de tirada nacional e internacional. La primera de las lecturas era perteneciente al pasado domingo. Era una entrevista que la periodista Rocío Ayuso, corresponsal en la ciudad de Los Ángeles le realizó al actor MickeyRourke con motivo de su retorno al cine de primer nivel, debido a la película "El Luchador". Mickey Rourke es un actor que ha cambiado de imagen. Es un actor que, a sus cincuenta y seis años, por su mala cabeza ha mordido el polvo de manera real. Ha vivido en el infierno durante quince años. Quince años en el infierno debe ser mucho tiempo. En la entrevista se puede leer como Mickey Rourke perdió absolutamente todo. Perdió a la mujer que amaba, sus cuentas corrientes quedaron a cero y, durante largo tiempo vivió del dinero prestado de sus pocos amigos en un apartamento de mierda en Hollywood. Antes del descenso Mickey Rourke era un hombre aclamado, con mucho dinero, con una esposa hermosa y una mansión. Por diferentes motivos llegaron las malas compañías y sus años de dedicación profesional al boxeo. Cinco años de dedicación personal a un deporte que le han destrozado el cuerpo y la cabeza. Sobre el cuadrilátero se hacía llamar "Marielito". Recuerdo haber visto alguna pelea suya que en España se ofreció en televisión como "algo estelar". Cuando terminó destrozado por los golpes y sin un dólar en el bolsillo su psiquiatra decidió atenderle sin cobrar nada. Para esta noche que se celebra la gala de los Oscar en la ciudad de Los Ángeles el actor Mickey Rourke es el mejor situado para conseguir la estatuilla dorada al mejor actor protagonista. Es muy probable que el actor Sean Penn se merezca la estatuilla más que Mickey Rourke por su trabajo en la película "Mi nombre es Harvey Milk", pero creo que Sean Penn tiene las de perder por varios motivos. El primero de ellos es que Sean Penn es un grano en el culo para los norteamericanos. Reunirse con Hugo Chávez y viajar a Irak para después escribir las atrocidades que está cometiendo el Ejército norteamericano en Irak no le van a ayudar mucho. Por el contrario, en los Estados Unidos de América, haber sido alguien, haberlo perdido todo y, haber sido capaz de regresar es, sin ninguna duda, casi lo esencial del "sueño americano". Desecho, con un Mickey Rourke que tiene serias dificultades para bajar escaleras, encarna el sueño americano de manera esencial.
La otra lectura atrasada está realizada por el periodista Miguel Mora al joven escritor italiano Roberto Saviano. El escritor del libro "Gomorra" vive escoltado día y noche por cinco guardaespaldas después que la mafia haya hecho saber que se lo va a cepillar, antes o después. Roberto Saviano lleva varios años en las listas de éxitos comerciales con su libro "Gomorra". A cambio no tiene vida. Cada dos por tres tiene que cambiar de casa. Cuando la mafia hizo público de deseo matarlo, tarde o temprano, se quedó sin amigos y su novia le abandonó. Su familia ha tenido que dispersarse por toda Italia. Por separado cada miembro de la familia pasa más desapercibido. La cuestión es que Saviano comenta en la entrevista que seis meses después de publicar "Gomorra" toda su vida se destrozó. Roberto Saviano está tratando de sacar adelante, entre cambio de casa y casa, dos libros. El primero de ellos sobre la mafia internacional y el segundo sobre la soledad que siente al quedarse abandonado por su gente y amigos por miedo a morir. El escritor Roberto Saviano tiene bastante claro que, la mafia se lo va a cepillar. No sabe cuándo, pero tiene la certeza que lo hará. La entrevista fue publicada hoy hace quince días.
Por mi parte y, en cierto modo, me he pasado la semana esperando a que llegara el fin de semana para poder ver una película y, entre otras cosas escribir en este humilde blog sobre lo visto en pantalla. El caso es que el fin de semana ha llegado y por varios motivos no he podido ver cine. Tendré que esperar al próximo fin de semana. Muchas veces las cosas son así. Esperar, esperar, esperar. No me gusta esperar. El fin de semana se acaba. Si leo no escribo y si escribo no leo y si leo y escribo no veo cine. Esperar. Toca esperar.
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